lunes, 11 de julio de 2011

Dos grandes hombres

NOTA: Este post no será largo ni bien redactado... viene del corazón y de las entrañas que me exigen expresarme mas rápido que bien. Espero en el fondo de mi corazón no dañar susceptibilidades, ya que lo hago con el mayor respeto y cariño.


Hace varios años, en la década de los 60's, una familia cubana llegó al aeropuerto de la Ciudad de México.

Bajaron juntos del avión, y en menos de 10 minutos estaban en un auto camino a la que sería su casa durante algunos meses en la colonia Cuauhtémoc, antes de poder iniciar una vida mejor en este país.

Lo interesante, es que no tenían papeles, pasaporte o documento alguno. Únicamente la esperanza que una llamada telefónica les dio antes de dejar todo en su isla, y venir a nuestra tierra.

Media hora antes, había llegado ese auto al aeropuerto. De él, bajo un hombre vestido de militar, quién mostrando sus credenciales de capitán, daba instrucciones a quien se le ponía en frente, de dejarlo pasar con quien le acompañara. Las puertas se abrían de inmediato y nadie detuvo su paso. Entró solo, pero salió con una familia a quien recibió y cuidó en su casa durante el tiempo que fuera necesario... y no fue la única ocasión.

Muchos años antes, ese hombre se brincaba la barda del H. Colegio Militar para salir de fiesta con sus amigos, en menos de tres meses desposó a una española que solo iba de paso hacia Venezuela, y logró marcar la vida de decenas de personas a su alrededor.

Amante del boliche, del buen comer y de la fiesta taurina, ayudó a muchas personas a llegar a nuestro país. Viajó y vivió a placer, y sin desearlo, dejó marcada a mucha gente durante su vida.

Ese uniforme militar es el último recuerdo que tengo de él en vida, cuando fue a verme jugar en un partido de soccer, del cual no recuerdo el resultado. Una semana después se adelantó en el camino... un 8 de julio de 1995.


Hace casi 7 años, un hombre de traje impecable y presencia impactante me tendió la mano y me abrió la puerta de su casa.

Durante este tiempo, prácticamente a diario, me abrió esa puerta de madera, me ofreció su hogar, me invitó a su mesa cada noche, me incluyó en su círculo mas intimo, y hace poco, me entregó a su hija en matrimonio.

Un hombre la mayoría del tiempo serio (por lo menos conmigo), con un humor particular que a veces no entendía, pero que otras era simplemente impecable. Nunca bajó la guardia del respeto que se debe de tener, y eso aunque admirable, me hubiera gustado evitar, ya que no me permitió conocerlo mas a fondo.

Definitivamente no encontrarás un hombre así fácilmente; con una sabiduría abrumadora (solo comparable con la de su esposa), una terquedad de miedo (pero siempre basada en su bondad y una lógica indudable), un aplomo al caminar y hablar, que todos voltean al verle llegar (su estatura tiene mucho que ver); y sobretodo, una caballerosidad y rectitud en su actuar, que es la envidia y admiración de cientos de personas.

No tengo el valor de escribir alguna anécdota de este hombre, ya que no me siento digno de hacerlo. Para eso tiene una enorme y hermosa familia, la cual seguramente podrá hacerlo con mayor precisión.

El último recuerdo que tengo de él es despidiéndome en su cuarto, tendiéndome esa enorme, pero suave mano, y deseándome una buena noche. Dos semanas después se nos adelantó en el camino... un 8 de julio de 2011.

Separados por exactamente 16 años, dos grandes hombres que marcaron mi vida han partido.

Dos grandes hombres que espero se estén conociendo ahora, donde quiera que estén. Que compartan el buen comer que amaban, y que rían eternamente de sus anécdotas. De como cada quien en su círculo, ayudó a quien podía ayudar sin pensar en consecuencias o en costos; que al primer instante de verse, supieran quienes son... mi abuelo y el padre de mi esposa.

También espero, que donde estén, puedan ver cada lágrima que he derramado y que definitivamente seguiré derramando por ellos. Lágrimas de enorme dolor, pero que rebozan de respeto, admiración y amor hacia ambos.

Sirva este escrito (acompañado de su dotación de lágrimas) como un modesto gesto del enorme respeto y amor que tengo para ambos, y como un pequeño testimonio de que en la vida, no se debe pensar jamás en el costo de hacer algo, siempre y cuando se haga con amor hacia el prójimo.

No soy el único, y no creo que el que más... pero los extraño profundamente.

Descansen en paz (por orden alfabético), Don Gustavo Adolfo de la Torre y de la Torre, y Don José Fernando Rocha Zepeda.

jueves, 7 de abril de 2011

¿Y todo para que?

Llegas cansado a tu casa, después de largas y pesadas horas de trabajo. Saludas a tu esposa y a tus hijos, que son la única razón que has podido definir como verdadera para soportar gritos, regaños y desvelos.

Continúas con esa rutina durante días, meses, seguramente varios años, ¿y para que?

De los siete días de la semana tienes oportunidad de descansar (sin estar dormido) unas cuantas horas. Hagamos unas cuantas cuentas. De esas 168 horas de la semana, duermes 56 (si bien te va), reposas o descansas 4, manejas o te transportas 28, comes 20, trabajas 45 (también, si bien te va), y te queda la fabulosa cantidad de 15 horas (menos del 10%) para compartir con tu familia o con tus seres queridos, ¿y para que?

Esas 15 horas se van en fiestas, museos, películas, cafecitos u otra actividad social o para los hogares con doble ingreso y sin posibilidad de contratar asistencia, en limpiar, lavar o procurar su casa, y en comprar todo lo necesario para la siguiente semana. Así esas 15 horas se reducen todavía más. Total, al final del día, pasas 3 o 4 veces mas tiempo en el trabajo u actividades relacionadas (como trasporte), que con los que quieres, ¿y para que?

Durante años has llevado esta rutina, te has desgastado hasta las canas y las insuficiencias cardíacas leves ¿y para que? Simple, para que alguien mas, quien nunca sabrás quien o como, entre a tu casa a llevarse aquellas cosas que has tratado de juntar para tener esas horas lo más cómodas posible. O que el mismo hijo de puta te ponga una pistola en la cabeza y se lleve todo lo que traes encima y tu medio de transporte o trabajo. O todavía peor, que un hijo de puta mayor tome a un ser querido y te exprima la vida hasta obtener lo que quiere.

En un par de horas, sin que nadie se de cuenta y sin que nadie haga absolutamente nada por prevenirlo o ajusticiarlo, te han despojado no solo de cosas materiales, sino de la poca tranquilidad que te quedaba.

No es suficiente tener la tercera parte de tu vida llena de riñas, gritos, stress y problemas, sino que también pierdes la tranquilidad que tenías cuando llegabas a tu hogar.

No trabajas para tus hijos, ni para tu pareja, y mucho menos para ti. Trabajas para que invariablemente en algún punto de tu vida, lo pierdas todo a manos de algún hijo de puta que sabe perfectamente que nunca pagará las consecuencias por sus actos durante su vida terrena.

Ante esta situación, hay dos situaciones que debes de considerar para poder llegar a la tan soñada "vida tranquila".

1. ¿Que hacer con ese hijo de puta?

Es claro que en este país es imposible tener justicia. Podrán tenerse marchas, mítines, propuestas, películas y documentales, reality shows disfrazados de asociaciones civiles con iniciativas, pero es mas que claro que el gobierno jamás podrá cumplir con su única responsabilidad: asegurar la integridad de sus gobernados.

Por ello solo quedan tres opciones: resignarse y esperar o rezar por que el daño que tengas sea menor y no terminar tirado en la banqueta sin vida por un par de tennis, tomar al toro por los cuernos y hacer frente directo a quien se atreva a robar tu tranquilidad y la de tus seres cercanos, o migrar a otro lugar mas seguro. La pregunta que tienes que responder antes de tomar una decisión es si la vida sin tranquilidad, en realidad puede llamarse vida, y que tanto estás dispuesto a hacer por tener esa tranquilidad.

2. ¿Que hacer con esas 3 o 4 veces más?

Es ridículo que pases menos del 10% de tu vida con los que amas. Mas que ridículo, es insultante e inaceptable. Podrás decir que el éxito profesional es tu mayor meta y que llegarás a puestos envidiados donde no tendrás porque preocuparte de que te falte algo (después de muchos años de lamer botas y hacer polaca corporativa); pero todos sabemos que es solo cuando estamos y compartimos con los que amamos que la vida tiene sentido.

Podrás cambiar de residencia para no desperdiciar tanto tiempo en trasladarte, pero esa es solo una pequeña solución al problema, y solo si en realidad ese tiempo lo dedicas a los demás, y no a continuar encerrado en un edificio.

La verdadera solución no es trasladar tu trabajo a tu casa, como nos han hecho creer a todos con el famoso "office mobile". No es tener un teléfono en el que puedas estar localizable 24 horas y en el que puedas revisar tus correos a toda hora; eso eso solo un grillete con capacidad de telecomunicaciones.

La verdadera solución que puedo ver, es seguir las palabras de Confucio (si, el que según Giouse Cozzarelli inventó la confusión). "Escoge un empleo que ames, y nunca tendrás que trabajar un solo día de tu vida" o en otras palabras "Si amas lo que haces, jamás será un trabajo". De esta manera no solo amarás a la gente, sino lo que haces, y así tu vida tendrá mucho mas sentido y calidad. Un extra en esto, es involucrar dentro de lo posible a los que amas con lo que amas, eso mas que un extra, es una utopía alcanzable.

Nuevamente hay dos opciones posibles: la primera es resignarse como lo han hecho millones de personas en el mundo, y simplemente esperar a no quedar sin empleo (lo cual eventualmente va a pasar, es solo cuestión de tiempo), y la segunda es nuevamente tomar al toro por los cuernos, y tomar la atemorisante pero valiosa decisión de encontrar esa actividad que es tu pasión y que hace que te sientas lleno en todo momento. Solo hay que tener cuidado y ser muy inteligente en como hacer la transferencia entre la rutina odiada por el empleo amado, ya que no siempre ese empleo deja lo suficiente para vivir y comer decentemente. Hay que tener un plan bien definido antes de hacer el movimiento.

Como quiera que sea, si decides la segunda opción en cualquiera de estas preguntas, ten en cuenta que el camino será complicado y peligroso, pero la satisfacción de recorrerlo valdrá la pena, vivir tranquilamente amando lo que haces. Porque si no vives tranquilo y no amas tu vida, ¿como para que vivir?

viernes, 11 de febrero de 2011

En efecto... todo tiene un límite

... y llegó el límite que tanto temía pero que dentro de mi corazón deseaba tanto que llegara. No fue la paciencia, ni siquiera fui yo el que llegué a ese límite; se podría decir que se me adelantaron.

Después de dos semanas de ensueño, en las que pude disfrutar como hace tanto tiempo no lo hacía del sol, el viento, del amor de mi vida y de algunos de los lugares mas hermosos que he visto jamás, tuve que regresar a la realidad.


Pero esa realidad no duró mucho, de hecho, no duró ni dos días.


Al segundo día de regresar a los regaños, pendejeos y reproches tan acostumbrados pero tan despreciados fui liberado del sufrimiento... todo llegó a su límite y fui liberado por la misma persona que me aprisionó en ese infierno.

No puedo negar que fue una gran sorpresa ya que no esperaba algo similar hasta por otros 3 días, pero de verdad fue un enorme alivio. Salí de ese edificio que hace varios años había querido tanto, y que en tres meses aprendí a aborrecer, con una gran sonrisa en mi cara.

Mis amistades me acompañaron, estuvieron ahí y se alegraron por mi. "Te ves mas tranquilo, es mas, te ves feliz" decían. Y de verdad lo estaba.

Pero viene otro inconveniente con esa libertad... la inevitabilidad de tener que encontrar otro edificio al cual ir día tras día; y cual fue mi sorpresa de año nuevo... que en lugar de tomar los 10 meses que me había tomado llegar a ese infierno, apenas 3 meses después estaba listo para reiniciar la rutina laboral.

Después de algunos inconvenientes y evidentes tropiezos (por no decir estupideces) de algunos personajes la rutina habia regresado. No puedo negar que esos tropiezos me hicieron dudar de si tenía que regresar a la rutina con el primero que me lo ofreciera, pero no me sentía con la libertad suficiente para rechazarlo, aunque significara reducir bastante la remuneración anterior.

Y la rutina inició a toda marcha. El primer día y ya estaba dentro de todas las actividades que generalmente te toman dos semanas en ver y hacer. Nada de bienvenidas con cursos o capacitaciones o manuales y varias horas de ocio.

Llevo hasta ahora casi 3 semanas en mi nueva rutina. Y es curioso como ahora veo la luz del sol irse por el horizonte a través de un vidrio a 30 metros de altura, nada muy diferente al infierno que viví, pero de verdad que estoy feliz.

Como es eso posible? Simple! De hecho es muy simple!

Puedo trabajar en paz.

Eso es una prestación que ningún fondo de ahorro puede superar. Aqui todo está bien definido. Puede ser que los roles y actividades de cada quien no estén excelentemente establecidos, pero hay algo que hace la diferencia. Se sabe como se deben de hacer. No se improvisa en el momento; se tienen definidos el quién, el cuando, el donde y sobretodo el cómo de hacer las cosas.

Vaya, no importa cuanto dinero te puedan ofrecer... siempre y cuando te ofrezcan libertad de movimiento y acción.


Hace tres años lo tenía y en exceso, hace tres meses no veía el más mínimo rastro, y hoy estoy en un punto medio.

He llegado con un pie en el camión y otro en la banqueta. Me he subido de pedalazo a esta rutina y me recuerda tanto la primera vez que hice esto; todo es un caos ordenado, alguien en algún momento metió la pata y tiró la toalla y me toca arreglar el caos. Pero eso es lo que me gusta, soy yo y unicamente yo el que lo va a arreglar; a mi manera, a mi ritmo, con mi estilo. Y aparte de eso, siento un apoyo que hace varios meses no sentía.

Hoy puedo decir que paso mas tiempo en el tráfico, estoy en este edificio casi 12 horas diario, estoy arreglando las incongruencias y el caos de alguien mas que pasó por aqui antes... pero soy feliz haciendolo.

viernes, 1 de octubre de 2010

Madrugando II

Nuevamente veo el amanecer a través de un vidrio empolvado, que está enmarcado con un gran rectángulo de acero. Nuevamente mis ojos duelen, arden, escuesen profundamente por el exceso de la luz blanca que es la única luz que he visto en dos dias.

Nuevamente las mismas caras frente a mi, con los mismos síntomas pero con una gran diferencia a mi... resignación absoluta.

No me puedo resignar a que esto será el resto de mi vida, no debo hacerlo por mi bien y el de mis amados.

Durante 10 semanas no he podido disfrutar de esa sensación tan maravillosa que es sentir el último rayo de luz del día sobre tu cara.

He dejado de ser yo, y me he dejado convertir en una máquina más que está a disposición de quien le ordene. He dejado de ser yo para convertirme en alguien distante, ausente y que solo puede estar en ese lugar que no quiere pero que debe.

He empezado a ser un resignado, un mediocre que agacha la cabeza y que permite atropellos e incongruencias por el miedo a que expresarse tenga consecuencias funestas; he empezado a ser uno mas de una lista infinita de personas que han dejado su vida atrás, y se la ofrecen al mejor postor que pudieron encontrar; he empezado a ser otro de los que abandona su autoestima para permitir ser pisoteado y pendejeado constantemente y así evitar esas consecuencias; he empezado a ser un oficinista.

Y lo peor de todo es que aqui estoy, despues de 16 horas de trabajo, 3 de sueño, y muy probablemente iniciando lo que serán otras 12 de trabajo, haciendo absolutamente nada, desvelado y desmañanado completamente en balde, a lo idiota.

No soy doctor, ni arquitecto, ni financiero, ni piloto aviador como para vivir este tipo de jornadas, de hecho, por eso precisamente no me dedico a esas profesiones que requieren tanta fortaleza y tolerancia.

Y todo esto se debe a que en este lugar hay una única constante: nada sirve como debe de hacerlo y nadie sabe como debe de servir; por ende, todo se hace mal, a medias, con retrasos, con incongruencias, con mentiras y rodeado de una hipocresia gigante que solo hace que cada día sea mas dificil no gritar y denunciar a los cuatro vientos el estiercol en el que se vive.

Como si no fuera suficiente, tratar de llevar una dinámica diferente es motivo de reclamo, exclusión, señalamiento, regaños, pendejeos e incontables morisquetas de desapruebo y asco. Este tipo de respuestas independientemente de hacer todavía mas frustrante e insoportable el estar aquí, me dejan ver perfectamente que las cosas no mejorarán, y por lo que me han dicho... esto es solo el principio.

Pero ante todo esto solo queda una solución, hay que aguantar, sacrificar y sacrificarse, sacar la casta justo en este momento y permanecer estóico. Hay que luchar en contra de todo esto con el propósito de llegar al sueño que siempre estará en mi mente.

Todo es cuestión de tiempo, todo es cuestión de paciencia y de mantener la mirada y la intención fija en ese objetivo. Si uno se mantiene fijo en ese objetivo, el tiempo pasará lo suficientemente rápido como para creer que valió la pena el sacrificio... aunque hay que meditar, ¿quien me regresa ese tiempo?

Aunque también vale la pena mencionar que todo tiene un límite... incluso la paciencia...

domingo, 15 de agosto de 2010

Madrugando

Hola mis amigos

Pues como ya les compartí, hace unas semanas inicie un nuevo capítulo, en una nueva empresa.

Estas dos semanas han sido complejas, y no por lo que he tenido que hacer, sino por lo que he tenido que dar.

Siendo el tercero de un grupo de nuevos contratados, ha sido relativamente sencillo encajar, aunque algunos sacrificios han sido necesarios; no para encajar, sino para evitar ser descartado.

He llegado al grado, de que se me ha se me ha cuestionado el porque no podia hacer un reporte cuando no tenia computadora, lugar, o siquiera acceso a la oficina; el porque no podía contactar a alguien cuando no tenia teléfono ni el número para marcar, de hecho, ni siquiera sabia de quien se trataba, e inclusive el porque salir cada hora y media de la sala de juntas donde estoy para ir al baño.

Tambien se me ha reclamado el porque, despues de 3 horas de hacer absolutamente nada, encerrado en una sala de juntas donde solo veo a la gente debatir sobre el porqué poner o quitar un botón en una aplicación, salgo a fumar y no estoy presente cuando ha terminado esa plática para dar lugar a otra... y por cierto, esto es diario, en un horario laboral de mas de 12 horas.

Sin esto ser suficiente, en esta muy temprana mañana de domingo estoy en la oficina, y al igual que las últimas semanas, estoy haciendo prácticamente nada. Solo ver a 20 personas igual de desmañanadas que yo, frente a una computadora, haciendo una que otra prueba para ver si un sistema fue implementado correctamente, lo cual hasta el momento parece ser cierto, pero no lo sabremos hasta ya entrada la tarde; y el domingo siguiente, es muy seguro que suceda nuevamente.

Esto, obviamente por ser empleado de confianza, sin derecho a horas extra.

Seguramente es algún tipo de novatada, o cierta forma extraña de creer que mientras mas tiempo este aqui haciendo nada, aprendo mas y mejor. Independientemente de las razones que me estén llevando a esto, puedo decir que estoy agradecido.

Aclaro, no estoy ni remotamente agradecido por lo que he escrito previamente, sino porque tengo la oportunidad de nuevamente empezar una vida laboral que espero me lleve a un crecimiento personal diferente al de los últimos meses, y con un salario que me permitirá tener un techo decente, siempre comida disponible y ropa con que cubrirme.

Tambien ver a gente aqui me ha tranquilizado. Veo que no soy el único que está aqui cuando no debería, y han venido solo porque se lo pidieron; aunque de ahí se deriva la pregunta, si se hubieran hecho bien las cosas desde el primer momento, ¿estaríamos aqui?

Es poco el tiempo que llevo aqui, y me falta descubrir las mañas y particularidades de este lugar, y mientras lo hago tengo que soportar cualquier cantidad de abusos e incongruencias. Pero una vez que lo haga... la novatada caerá sobre alguien mas.

viernes, 6 de agosto de 2010

De regreso a las andadas

Amigos!

Por fin he regresado a este blog. Han pasado ya mas de 10 meses sin publicar nada, y fue anoche que me decidí en regresar a compartir mis ideas (gracias Danielita!)

Pues si, mas que un post reflexivo, hoy quiero platicar un poco de lo que ha pasado en mi vida en estos 10 meses.

Once días despues de mi última publicación, fui despedido de mi antiguo trabajo. Fue un golpe duro, pero que no se sintió tanto por su inevitabilidad; de hecho, yo ya deseaba que sucediera. Antes de salir, fueron 9 meses muy complicados, con despidos masivos y noticias de quiebra por todos lados; inevitablemente el aire que se respiraba era muy pesado, y la incertidumbre era demasiada.

No sin antes recibir una liquidación que casi sobrevivió a este tiempo, continue con lo que cualquiera hubiera hecho, buscar otro trabajo.

Y así empezó un viaje de semi-autodescubrimiento. Me di cuenta, después de muchos intentos fallidos y varias conversaciones de café y filosofadas, que por mas que uno quiera un trabajo, si no es el adecuado para ti, simplemente no lo tendrás.

Y no es por que los sistemas de reclutamiento sean infalibles, Dios no, sino porque las cosas tienen que acomodarse poco a poco para que la mejor opción llegue a tu vida; así es como he llegado a mi trabajo actual.

Durante estos meses tuve tres actividades principales.

La primera, ayudar en el negocio familiar; mejorarlo y hacerlo crecer. Lamentablemente no di lo que me hubiera gustado dar, me conformé con lo que había y aunque si se valoró mucho mi estancia, me quedo un poco vacio por no haber dado todo lo que pude; aunque nuevamente, todo apenas se estaba acomodando.

La segunda, fue ayudar a un pequeño grupo de personas a hacer un viaje que para mi fue de ensueño, una semana completa con casi todo pagado en Nueva York. Fue una experiencia maravillosa y muy gratificante. Aprendi mucho no de ir a esa ciudad tan mentada y filmada, sino de la gente con la que fui. De verdad, mis palabras son insuficientes para agradecer a todos los que participaron.

La tercera, con las mismas personas del viaje, fue trabajar un proyecto que gracias a mi falta de tacto y prosaico lenguaje no finalizó como quisiera. Un ensamble que tuve que dejar justo al final del tramo, y que me dolió dejar. Pero de igual manera, aprendí muchas cosas en ese proyecto, y solo puedo repetir mi agradecimiento a todos ellos.

Pasaron muchas cosas mas en estos 10 meses, que me sirvieron para acercarme a mi padre como nunca (y valorarlo como lo que es, viendo que tan frágil es la vida), para asombrarme (y también desilusionarme) con la juventud reinante, para crecer en media hora lo que no habia crecido espiritualmente en mas de 20 años, para disfrutar cada vez mas la vida y cada segundo que tengo de ella, para estar a unos metros de Paul McCartney y disfrutar ver a mi madre saltando y gritando en lo que fue su primer concierto, y un largo etc.

Por ello, después de 10 meses de ausencia, regreso a las andadas. Y por supuesto quiero agradecer a todos los que en este tiempo me han enseñado algo: Daniela, Daniel, Mely, Baldo, Pau, Marco, Ana, Erick, Luis, Esteban, Ruben, Barbara, Alicia, Emilio, Yuri, Christian, Astrid, Bryan, Paul, Eugenio, etc.

Pero sobretodo y todos, agradecer a mi amada que ha estado al pie del cañon apoyandome y siendo el pilar de mi vida, quien me motiva y me anima a continuar, quien ha sido la mayor influencia en mi vida, y quien me ha abierto los ojos ante la vida, mostrandome que de verdad, all you need is love. Doris, mi vida, gracias.

Esto es todo por ahora, tengo que regresar a mis labores actuales, que me demandan mucho mas tiempo que las que tenia antes.

Gracias por leerme, y les prometo continuar con este blog, muy probablemente describiendo a mas detalle lo que ha pasado en este casi año y lo que le falta.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Si mueres atropellado, te lo mereces

Bienvenido nuevamente querido lector, y gracias por el tiempo que me regalas para leer este post.

Un detalle que últimamente me ha colmado el plato, es la cantidad de trincheras que han surgido mágicamente en todas las calles.

Calles recien pavimentadas, como Puente de Vigas que no tenía mas de 3 meses de remodelada ya presenta hoyos impresionantes, que son casi imposibles de evitar (a menos de que te avientes al carril de junto). Y junto con estos boquetes, la cantidad de topes que paso diariamiente han causado estragos en la suspensión de mi humilde auto.

Esto me lleva a pensar lo siguiente, ¿por qué se hacen los hoyos con tal rapidez? Simple, porque el gobierno usa material de la peor calidad, cobrandolo como si fuera oro, y quedandose con la diferencia (claro ejemplo de algo similar el caso Carlos Ahumada y la delegación GAM).

Pero quisiera ahondar mas en el otro lado del sufrimiento de mi coche. Los topes.

Estos topes o "reductores de velocidad" se han multiplicado como conejos por toda la ciudad. En un tramo de medio kilómetro, paso diariamente por 6 topes, seis!!!!!!, y uno de ellos creado por los mismos vecinos, alegando que era necesario porque ya habian atropellado a dos personas en ese lugar. Ese mismo tope, ha transformado un tramo de 100 metros que recorres en menos de 15 segundos, en una tortura de 7 minutos en hora pico. Y otro tope en la misma avenida es la causa de un tráfico de 1 kilómetro. Si, 20 minutos de tráfico solo por un tope. Y no exagero, lo vivo casi a diario.

Ante eso me queda suponer que el mayor motivo de existencia de un tope es evitar que se llenen los hospitales nacionales de atropellados, y mi teoria se confirma al ver que en todas las escuelas de esta ciudad, hay topes en sus entradas y salidas.

Obviamente hay que poner topes, porque la gente es lo suficientemente estúpida como para no entender que la calle es de los coches, y las banquetas de los peatones.

El dia que la gente entienda esto, por reflejo volteará a ambos lados de la calle antes de cruzar, y no lo hará en donde se le de la gana.

Pero como eso del sentido común no se le da a la masa, pues la solución está en copiar un pequeño detalle que se tiene en el primer mundo (por lo menos en España)

De primera mano vi que si te atropellan fuera del paso de zebra, tu tienes la culpa. Y es completamente lógico. Allá no solo eres multado si no cruzas por el paso de zebra, sino que si eres atropellado o hay un accidente por evitar atropellarte, tu eres el responsable de todos y cada uno de los daños. Vaya, para que quede claro, yo te puedo matar con mi auto si cruzas la calle fuera del paso de zebra y nunca seré demandado o juzgado.

¿Por que? Porque no tienes porque demonios cruzar la calle donde se te da la gana, y mucho menos hacer que alguien que viene manejando debe de amarrarse y llevar su coche de por lo menos una tonelada de 60 Km/H a 0 en un segundo.

Quisiera compartir un dato que me da mucha risa y coraje. En muchos lugares hay letreros que ponen "Tu coche tiene frenos, los niños no". ¿Que pedazo de imbécil puede pensar esto? Un coche necesita por lo menos 5 metros para detenerse, y un niño solo un paso. Un coche lleva una tonelada de inercia y un factor de retraso de 0.25 segundos por la reacción del conductor. Un niño solo tiene que dar un paso en seco y detenerse, pero lo mas importante, un niño no tiene porque cruzar la calle sin fijarse y por donde quiera.

Es por eso que digo, si mueres atropellado, te lo mereces.

Ahora bien, para solucionar el problema de la suspensión de mi coche y de los atropellados hay que hacer dos cosas; eliminar todos los topes existentes y declarar responsable en caso de siniestro al transeúnte si el incidente se dio fuera del paso de zebra. A ver si asi la gente aprende a cruzar la calle, y tambien evitamos tráfico y gastos de mantenimiento vehicular.